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Además de una mala alimentación o unos hábitos perjudiciales. la falta de descanso también genera toxinas. Un buen ejemplo es el estrés que afecta directamente al hígado, un órgano con más de 500 funciones (como combatir infecciones, neutralizar toxinas, fabricar proteínas y hormonas o controlar la glucemia).

Y es que cuando estás estresada, tu cuerpo segrega cortisol, la hormona que produce energía y regula el nivel de azúcar en le sangre. Si estos niveles se disparan, pueden hacerte aumentar o perder peso. alterar tus funciones inmunes y provocar la pérdida de la memoria (entre otros muchos efectos secundarios).

Para mantener el cortisol a raya y bajo control, la psicóloga clínica Maria Gracia Cavestany Campos (Tel. 913091654. www.mariagrariacavestany.es ) recomienda «un detox emocional: dar prioridad a las relaciones sanas y olvidarte de las relaciones nocivas, que notas que son poco recomendables para tu bienestar psíquico: además de apostar por dedicar más tiempo a los que tienes cerca (familia. amigos…) y a realizar actividades mucho más positivas’.